Las pantallas digitales tienen la misión de ofrecer una experiencia visual cómoda y de calidad (colores incluidos). Por ello, parámetros que antes no se tenían muy en cuenta, como el ángulo de visión de la pantalla, cobran especial relevancia a día de hoy. En las pantallas digitales, el ángulo de visión permite definir la posición con respecto a esta, desde la que el usuario puede visualizar una imagen con relativa calidad en el color, el brillo o el contraste de lo que vemos. Por ejemplo, si una pantalla digital tiene un ángulo de visión de 160°, el usuario puede ver una imagen nítida incluso si observa la pantalla desde un ángulo de 80°.

Si mantuviéramos una posición fija frente a la pantalla, con la vista fijada perpendicularmente sobre ella, el ángulo de visión no sería un parámetro relevante, debido a que siempre veríamos la imagen con alta calidad. Pero si estamos en movimiento en el momento de visualizar la pantalla digital, a medida que avanzamos podemos notar diferencias en el brillo, contraste o el color de la pantalla dependiendo del ángulo desde el que la miremos. Eso, si la pantalla digital no es de buena calidad, desde luego.